COMENTARIO A TIEMPO
DOS COLEGAS ASESINADAS
Por Teodoro Rentería Arróyave
Cuando, exacto, escribíamos como tema de esta entrega el fallido Informe Presidencial de Felipe Calderón Hinojosa, nos llega como golpe de puñal el asesinato de dos colegas más, ahora en plena capital de la República, se trata de las reporteras de la valiente revista “Contralinea”, Ana Marcela Yarce Viveros y Rocío González Trápaga”.
Desde luego no son los primeros asesinatos ocurridos en el Distrito Federal, pero sí es el primer doble homicidio de mujeres periodistas, hecho similar al de años atrás con las locutoras comunitarias de Oaxaca y que forman parte de esta etapa brutal de agravios a comunicadores que se inicia en 1983 y se agudiza desde el año 2000, en que la derecha accede al poder.
La revista Contralínea, que dirige el colega Miguel Badillo, dio a conocer la noticia de que los cuerpos encontrados en las inmediaciones de las calles de Morelos y Luis Donaldo Colosio, en el parque de Iztapalapa, corresponden a las que fueran sus colaboradoras, Rocío González Trápaga, ex reportera de Televisa, y Ana Marcela Yarce Viveros, fundadora de la publicación, reportera y encargada del área de Relaciones Públicas.
En su página de internet, Contralínea comunicó "con profundo pesar” el fallecimiento de las periodistas, dolor al que se suma el gremio organizado del país, que lleva en forma oportuna y documentado la relación de todos las víctimas por las libertades de prensa expresión y por la defensa del derecho inalienable del pueblo de México de estar oportuna y verazmente informado.
De acuerdo con las primeras investigaciones, las comunicadoras fueron asesinadas entre la noche del 31 de agosto y la mañana de este 1 de septiembre, ya que el último contacto que tuvo Marcela Yarce con personal de Contralínea fue alrededor de las 21:45 del miércoles, cuando salió de la oficina de la revista en Avenida Juárez y Balderas en el Centro Histórico.
Los cuerpos de las compañeras de aproximadamente 30 años de edad, presentan huellas de golpes, estaban atados y amordazados dentro del parque El Mirador, ubicado en la colonia Predio Maravillas, en la delegación Iztapalapa.
La Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal informó que las mujeres, quienes eran amigas desde hace más de 10 años, murieron por asfixia. La dependencia capitalina indicó que las víctimas habían acordado verse a las 21:45 horas de ayer en inmediaciones de la sede de la referida revista, Al parecer, acudirían a cenar, como comúnmente lo hacían.
Con estos dos nuevos crímenes, suman 136 homicidios desde 1983 a la fecha y 13 compañeros permanecen desaparecidos. De estos, 69 víctimas mortales y 11 desapariciones forzadas han ocurrido en lo que va del gobierno de Felipe Calderón Hinojosa.
Mientras aquí, el Procurador capitalino, Miguel Ángel Mancera Espinosa, a quien le importa un comino los crímenes contra periodistas, como lo hemos demostrado en anteriores entregas, se limita a decir que ordenó que la investigación fuera atraída por la Fiscalía Especializada para la Investigación de Homicidios, estemos ciertos que hoy, durante su mensaje “privado” con motivo de su penúltimo Informe de Gobierno, Felipe Calderón Hinojosa no le merecerá ni una línea a los agravios a periodistas y medios de comunicación, que son graves agravios a las libertades de prensa y expresión y al derecho a la información del pueblo de México
DOS COLEGAS ASESINADAS
Por Teodoro Rentería Arróyave
Cuando, exacto, escribíamos como tema de esta entrega el fallido Informe Presidencial de Felipe Calderón Hinojosa, nos llega como golpe de puñal el asesinato de dos colegas más, ahora en plena capital de la República, se trata de las reporteras de la valiente revista “Contralinea”, Ana Marcela Yarce Viveros y Rocío González Trápaga”.
Desde luego no son los primeros asesinatos ocurridos en el Distrito Federal, pero sí es el primer doble homicidio de mujeres periodistas, hecho similar al de años atrás con las locutoras comunitarias de Oaxaca y que forman parte de esta etapa brutal de agravios a comunicadores que se inicia en 1983 y se agudiza desde el año 2000, en que la derecha accede al poder.
La revista Contralínea, que dirige el colega Miguel Badillo, dio a conocer la noticia de que los cuerpos encontrados en las inmediaciones de las calles de Morelos y Luis Donaldo Colosio, en el parque de Iztapalapa, corresponden a las que fueran sus colaboradoras, Rocío González Trápaga, ex reportera de Televisa, y Ana Marcela Yarce Viveros, fundadora de la publicación, reportera y encargada del área de Relaciones Públicas.
En su página de internet, Contralínea comunicó "con profundo pesar” el fallecimiento de las periodistas, dolor al que se suma el gremio organizado del país, que lleva en forma oportuna y documentado la relación de todos las víctimas por las libertades de prensa expresión y por la defensa del derecho inalienable del pueblo de México de estar oportuna y verazmente informado.
De acuerdo con las primeras investigaciones, las comunicadoras fueron asesinadas entre la noche del 31 de agosto y la mañana de este 1 de septiembre, ya que el último contacto que tuvo Marcela Yarce con personal de Contralínea fue alrededor de las 21:45 del miércoles, cuando salió de la oficina de la revista en Avenida Juárez y Balderas en el Centro Histórico.
Los cuerpos de las compañeras de aproximadamente 30 años de edad, presentan huellas de golpes, estaban atados y amordazados dentro del parque El Mirador, ubicado en la colonia Predio Maravillas, en la delegación Iztapalapa.
La Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal informó que las mujeres, quienes eran amigas desde hace más de 10 años, murieron por asfixia. La dependencia capitalina indicó que las víctimas habían acordado verse a las 21:45 horas de ayer en inmediaciones de la sede de la referida revista, Al parecer, acudirían a cenar, como comúnmente lo hacían.
Con estos dos nuevos crímenes, suman 136 homicidios desde 1983 a la fecha y 13 compañeros permanecen desaparecidos. De estos, 69 víctimas mortales y 11 desapariciones forzadas han ocurrido en lo que va del gobierno de Felipe Calderón Hinojosa.
Mientras aquí, el Procurador capitalino, Miguel Ángel Mancera Espinosa, a quien le importa un comino los crímenes contra periodistas, como lo hemos demostrado en anteriores entregas, se limita a decir que ordenó que la investigación fuera atraída por la Fiscalía Especializada para la Investigación de Homicidios, estemos ciertos que hoy, durante su mensaje “privado” con motivo de su penúltimo Informe de Gobierno, Felipe Calderón Hinojosa no le merecerá ni una línea a los agravios a periodistas y medios de comunicación, que son graves agravios a las libertades de prensa y expresión y al derecho a la información del pueblo de México
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