Mauricio
Zagal
Ahora que se avecina la
elección de los 500 diputados federales, este próximo 7 de junio, cabría
reflexionar cuanto nos cuesta a los mexiquenses mantener a los 45 legisladores
que representaran al Estado de México, en la Cámara de Diputados, tomaremos
como muestra un espécimen de la mal llamada “clase política mexiquense”, el hoy
candidato del PRI a diputado federal por el XXIX, Héctor Pedroza Jiménez, quien dice ser uno de los tantos operadores
políticos del Secretario de Hacienda y Crédito Público, Luis Videgaray Caso y del Secretario General de Gobierno del Estado
de México, José Manzur Quiroga. Este
pintoresco legislador con licencia, Héctor
Pedroza Jiménez, es aquel que coreaba “bono,
bono, bono” en los trabajos finales
de la IV Reunión Plenaria de los diputados federales priistas celebrada el
puerto de Acapulco. Usted amable lector, se preguntara a que bono se refiere, y
no se equivocó, el bono que tanto gusta recibir Héctor Pedroza Jiménez, es aquel bono extraordinario que
reciben los legisladores por cada una de las reformas a las leyes que aprueben.
Entrando en materia, en la
pasada LIX, legislatura federal (2009-2012), el entonces diputado Héctor Pedroza Jiménez era el
Secretario de la Comisión Especial encargada de estudiar, analizar, evaluar y
supervisar el funcionamiento de las aduanas, puertos y aeropuertos nacionales,
en relación con la entrada de mercancía ilegal, el tráfico y contrabando de
armas, estupefacientes y sustancias adictivas, además integrante de las
comisiones legislativas de Fomento Cooperativo y de la Función Pública.
En treinta y seis meses de
vivir del presupuesto legislativo y de los bonos extras, el entonces
“legislador” Héctor Pedroza Jiménez,
sólo le aprobaron dos de las 16 iniciativas de reforma y adición a algunos
artículos de leyes en materia de seguridad pública, fiscal, derechos humanos y
discapacidad que presento en tres años, y que son de muy bajo impacto social y
legislativo, sus demás propuestas no fueron aprobadas por la infinidad de
errores de técnica legislativa que presentaron en su redacción y elaboración,
en tanto, a los mexiquenses les costó más de 5 millones 855 mil pesos por dos incipientes iniciativas
legislativas, sin contar las demás prestaciones económicas que contempla el
Manual que regula las Remuneraciones para los Diputados Federales, que debido a
su poco desarrollo intelectual de Héctor
Pedroza Jiménez, ya no pudo lograr la aprobación de otras iniciativas.
En la LVIII Legislatura local
mexiquense (2012-2015), Héctor Pedroza
Jiménez, como diputado local del XXVI y presidente de la Comisión de
Asuntos Metropolitanos e integrante de las Comisiones Desarrollo Agropecuario y
Forestal, de Asuntos Electorales, de Patrimonio Estatal y Municipal, de
Recursos Hidráulicos, de Participación Ciudadana y del Comité Permanente de
Vigilancia de la Contraloría. Su gestión legislativa ha sido de las más
obscuras, mediocres e improductivas refiriéndonos en temas de trabajo
legislativo.
En treinta meses como diputado
local, este sujeto sólo presento dos iniciativas de adición a uno que otro artículo
del Código de Procedimientos Penales del Estado de México y a la Ley de
Responsabilidades de Servidores Públicos del Estado de México y Municipios, de
un universo de mil 125 iniciativas de ley o de decreto que se presentaron en el
Poder Legislativo mexiquense hasta febrero de 2015.
Esas incipientes dos
iniciativas de adición de Héctor Pedroza
Jiménez, por cierto no aprobadas por contener errores de técnica legislativa,
le costaron a los mexiquenses 6 millones 987 mil 464 pesos, sin contar otras
percepciones extraordinarias que recibía debajo de su curul el hoy legislador
con licencia.
De aquí, de allá y de otros lugares
Este es el perfil de candidatos
a diputados federales de representación proporcional, que selecciono la
Comisión Política de la dirigencia estatal del PRI, para los distritos
federales en la zona oriente del Estado de México. En el distrito XII, se
impuso a Maricela Serrano Hernández,
quién cobraba un salario mensual de 196 mil 701 pesos por prestar sus servicios
como alcalde de Ixtapaluca; en el distrito XX, se nombró a Ana Luisa Pérez Méndez, quien no es conocida en el ambiente
político; en el distrito XXV, se postuló a Telesforo
García Carreón, aquel que fungiera como director de seguridad pública
municipal de Chimalhuacán cuando su compadre Jesús Tolentino Román Bojórguez, era el presidente municipal de
Chimalhuacán, en esa gestión era incontrolable los abusos y la corrupción al
interior de la policía municipal; en el distrito XXX, se colocó a Silvia Lara Calderón, aquella
catequista que por cuestiones del destino era suplente del finado legislador
priista Jaime Serrano Cedillo, que por cierto esa suplencia había sido
rechazada por el entonces regidor priista Josué
Nava Reyes, que le pareció muy poco para su “capital político” e impuso a
Lara Calderon, su paso en la legislatura local no fue de relevancia alguna; en
el distrito XXXI, se ubica a Yunuen Wandique
Serratos, quien es hija del entonces regidor y alcalde suplente de
Nezahualcóyotl, Manuel Wandique; en el distrito XXXII, se candidateo a Alma Lilia Luna Munguía, quien ya había
sido diputada federal por el PRD en la LX Legislatura, es hermana del exalcalde
de Valle de Chalco Miguel Ángel Luna
Munguía y actualmente diputado federal por el PRI en la presente
legislatura; en el distrito XXXIII, el alcalde de Chalco Francisco Osorno Soberón, impuso a su hija Susana Osorno Belmont, como candidata a diputada federal, “la hija
de papí” lo único que le ha caracterizado es por imponer la moda entre las
mujeres de la clase política mexiquense y en el distrito XXXIX, se agenció la
candidatura a diputado federal, Andrés
Aguirre Romero, exalcalde de Chicoloapan y que por segunda ocasión anhela
ocupar una curul federal, Andrés Aguirre
Romero, es recordado por la policía del DF, por su ingreso a el “Torito”, por andar con 0.43 puntos de
alcohol en la sangre, en pocas palabras andaba pasado de copas.
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