Cuatro empresas mineras han sido las consentidas de la administración de Enrique Peña Nieto
y ahora controlan la explotación del suelo mexicano, junto con las
empresas canadienses, que también se han visto beneficiadas en este
sexenio.
De acuerdo con una investigación del portal Sin Embargo, las compañías a las que les dieron más permisos de exploración y explotación de los recursos minerales en estos seis años son Exploraciones Mineras Parreña y Fresnillo, de Grupo Peñoles que dirige Alberto Baillères González; Grupo México de Germán Larrea Velasco; Mineras del Norte, que pertenece a Altos Hornos de México y que dirige Alonso Ancira Elizondo; así como Minera Frisco que es subsidiaria de Carso, de Carlos Slim.
El extractivismo minero en México, lejos de acotar la brecha de la desigualdad económica y social, la hace más profunda ya que se sostiene, en gran medida, en el ejercicio de un privilegio obtenido a través de prácticas como la captura política [influencia de una(s) elite(s) extractiva(s) sobre el Estado a favor de sus intereses y en detrimento del interés general]”, señala la organización Oxfam México en su estudio Minería y Privilegios.“La riqueza que genera ha permitido posicionar a tres empresarios mineros dentro de las personas más ricas del país. Deriva de sectores privatizados y/o concesionados por el Estado, deriva pues de bienes comunes que están siendo explotados en detrimento de la mayoría”, continua el documento.
Oxfam se refiere a Minera Frisco, Grupo Peñoles y Grupo México.
No obstante, Mineras del Norte también figura entre las empresas que
más concesiones ha recibido en los últimos cinco años, de acuerdo con
datos de la Dirección General de Minas de la Secretaría Economía.
Esta misma dependencia reporta que de 2013 a septiembre de 2017, el gobierno entregó 3 mil 90 concesiones mineras a empresas establecidas, pero también a prestanombres.
La mayoría de estos permisos de
explotación tienen vigencia de 50 años y se ubican en Baja California,
Sonora, Chihuahua, Coahuila, Nuevo León, Sinaloa, Durango, Zacatecas,
San Luis Potosí, Puebla, Guerrero y Oaxaca.
El primer año de esta administración se entregaron mil 52 concesiones,
coincidiendo con el año en que se alcanzó el máximo histórico de
inversión extranjera minera: cinco mil 565 millones de dólares entraron
al país por esta vía, refieren datos de la Cámara Minera de México
(Camimex).
No es de sorprenderse. Desde los 90 a la fecha, las
empresas extranjeras tienen 947 proyectos de explotación en territorio
mexicano. De ese total, 700 proyectos, que representan 76%, son
canadienses.
Las compañías de esta nación pasaron de
21 concesiones en 1990 a dos mil 175 en 2016, un crecimiento de 10, 257%
en menos de 20 años, convirtiéndose en los favoritos del gobierno
federal, no solo de la administración de Peña Nieto.
La minería es una de las principales actividades
productivas en México. Actualmente solo se ha explorado 30% del
territorio nacional, el resto todavía tiene espacios que pueden ser
explotados.
El estudio de Oxfam señala que la
extracción minera se ha expandido precisamente por los privilegios que
ha dado el gobierno federal a las empresas.
Y esto queda demostrado en el crecimiento exponencial de la explotación de las minas: tan solo de 2000 a 2010 se extrajo el doble de oro de lo que se extrajo en 300 años de época colonial, según el documento.
“En México, esta industria se favorece de la existencia de actos de corrupción en el sector minero mexicano, abusos de autoridad, falta de inclusión de las comunidades y sus pueblos indígenas, conflictos sociales, pérdidas del erario público y del patrimonio nacional, así como capital humano en riesgo y mal remunerado”, advierteel estudio.
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