Por Raúl Olmos /MCCI
Las transferencias de cinco presuntos sobornos de Odebrecht en 2013 y 2014, por cinco millones de dólares, coincidieron con fechas clave para la asignación de un contrato por 1,436 millones de pesos en la refinería de Tula, revela un cotejo de documentos realizado por Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI).
Algunos de los documentos obtenidos por MCCI forman parte de la
carpeta de investigación que abrió la PGR sobre los sobornos de
Odebrecht, y fueron clasificados por Pemex como información reservada hasta el año 2021.
El cotejo de los documentos revela que al día siguiente de que Pemex
recibió la propuesta de Odebrecht para el contrato de la modernización
de la refinería, el departamento de sobornos de la constructora brasileña transfirió desde el Meinl Bank de Antigua un millón de dólares
a una cuenta en el Neue Bank AG, en Liechtenstein, a nombre de la
empresa offshore Zecapan SA, que según los delatores en Brasil, estaba ligada al entonces director de la petrolera mexicana, Emilio Lozoya, lo cual él ha negado reiteradamente.
Odebrecht presentó su propuesta a Pemex el 2 de diciembre de 2013 y la transferencia del soborno se realizó el 3 de diciembre.
Ocho días después, el 10 de diciembre, la dirección de Pemex Refinación avaló la excepción a la licitación pública,
y ese mismo día una empresa offshore de la oficina de sobornos
transfirió 480 mil dólares a la misma cuenta en el Neue Bank de
Liechtenstein. El fallo a favor de Odebrecht lo emitió Pemex a los tres
días.
En los meses siguientes fluyeron más sobornos, que coincidieron con la formalización del contrato.
El 27 de enero de 2014, el Consejo de Administración de Pemex -que
presidía Lozoya-, aprobó los términos y condiciones del contrato y al
día siguiente la Subdirección de Proyectos del Área de Refinación, a
cargo de Jesús Lozano Peña, elaboró el dictamen de adjudicación directa
para otorgar a Odebrecht el acondicionamiento del sitio, movimiento de
tierras y conformación de plataformas para el proyecto de
aprovechamiento de residuales en la refinería de Tula.
En el dictamen se argumentó que el procedimiento elegido “resulta conveniente y garantiza las mejores condiciones disponibles”.
El contrato fue firmado finalmente el sábado 15 de febrero de 2014,
y en los siguientes días el operador de la oficina de sobornos
identificado como ‘Gigolino’ (identidad de Olivio Rodriguez Júnior)
ordenó tres transferencias a la cuenta de Zecapan SA en
el Neue Bank de Liechtenstein. Un depósito por un millón 350 mil
dólares fue ordenado el 21 de febrero (a los seis días de la firma),
otro el 11 de marzo por un millón de dólares y uno más el 17 de marzo
por un millón 170 mil dólares.
En noviembre de 2014 hubo otras transferencias que coincidieron con
dos ampliaciones consecutivas al contrato en Tula por 879 millones de
pesos.
¿Quiénes lo aprobaron?
Pemex reservó hasta el año 2021 cualquier documento relacionado con
la asignación directa del contrato de la refinería de Tula a Odebrecht,
con el argumento de que forma parte de las investigaciones que realiza
la Procuraduría General de la República (PGR).
Sin embargo, MCCI obtuvo algunos de los documentos reservados. Uno de ellos corresponde al acta de una reunión del Consejo de Administración de Pemex Refinación, en las que se aprobaron las condiciones del contrato, con el aval de funcionarios de la petrolera y de la Secretaría de Energía.
Entre los asistentes a aquella reunión, realizada el 27 de enero de 2014 en el piso 44 de la Torre Ejecutiva de Pemex, estaban Miguel Tame, director de Refinación; Carlos Murrieta Cummings, director de Operaciones; Mario Alberto Beauregard Álvarez, director de Finanzas; Marco Antonio de la Peña Sánchez, director Jurídico; Leonardo Cornejo Serrano, coordinador de Proyectos de Modernización, y Jesús Lozano Peña, subdirector de Proyectos, y quien firmó el contrato con Odebrecht.
También acudieron a la sesión dos cercanos colaboradores de Emilio Lozoya, entonces director de Pemex: Froylán Gracia Galicia, su coordinador Ejecutivo, y Carlos Roa Rodríguez, su coordinador de Asesores.
En la sesión del Consejo se tomó el acuerdo CAPR-004/2014 para asignar sin licitación el contrato para “el acondicionamiento
del sitio, movimiento de tierras y conformación de plataformas para el
proyecto de aprovechamiento de residuales en la refinería”.
En la misma sesión, los consejeros aprobaron incluir en el contrato una cláusula anticorrupción,
en la que el contratista se comprometía a que, durante la ejecución de
la obra, ni él, ni sus subcontratistas o empleados ofrecerían o darían
dinero o cualquier otra dádiva a servidores públicos. Aunque ya para
entonces Odebrecht había pagado una primera tanda de sobornos, de
acuerdo con los documentos obtenidos por MCCI.
Se multiplica costo
Los consejeros argumentaron que la asignación directa evitaría incrementos en el costo de la obra.
“La estrategia de contratación que se propone, permitirá adjudicar
los trabajos a una propuesta que asegure el cumplimiento de los
requerimientos técnicos y de programación para el desarrollo de las
obras, evitando con ello pérdidas o costos adicionales importantes (…)
con lo que se justifica el procedimiento mediante excepción a la
licitación pública”, fue el argumento que quedó por escrito.
El Consejo de Administración acordó que el monto del contrato sería por hasta 165 millones de dólares, equivalentes a 2,225 millones de pesos, al tipo de cambio de entonces, con un plazo de ejecución de 540 días naturales.
No obstante, el contrato se firmó por 1,436 millones de pesos, aunque luego se elevó a 2,315 millones de pesos a través de dos convenios modificatorios realizados en el transcurso de la obra.
Simulan competencia
En la reunión del 27 de enero los consejeros acordaron que, para
obtener la oferta más conveniente, Pemex-Refinación haría una
investigación de mercado para identificar potenciales contratistas que
contaran con atributos de trayectoria, cumplimiento, capacidad y soporte
financiero.
Una vez identificadas las potenciales empresas, se acordó que Pemex
les solicitaría su propuesta técnica y económica para analizarla y
decidir la mejor alternativa.
Sin embargo, ese procedimiento era una simulación, pues desde un mes
antes -el 13 de diciembre de 2013-, Pemex había evaluado la propuesta de
Odebrecht y ese mismo día había elaborado el fallo que sirvió como base
para asignarle el contrato.
Es decir, el contrato ya estaba apalabrado. Prueba
de ello es que al día siguiente de la sesión del Consejo, el 28 de enero
de 2014, la Subdirección de Proyectos de Pemex-Refinación elaboró el
dictamen de adjudicación directa a Odebrecht.
“El procedimiento de adjudicación directa es el único esquema de contratación que permite el cumplimiento de las fechas clave” para las obras asociadas al proyecto de aprovechamiento de residuales en Tula, argumentó la petrolera estatal.
Lozoya y Ochoa se ausentaron
Pese a que en la sesión del 27 de enero de 2014 se tomaría el acuerdo
para una de las mayores contrataciones de Pemex, tanto el director de
la petrolera, Emilio Lozoya, como el Subsecretario de Hidrocarburos, Enrique Ochoa Reza, no se presentaron a la reunión.
Lozoya tenía el cargo de Presidente del Consejo, posición que tuvo que ser ocupada en aquella reunión por su suplente, Víctor Díaz Solís, en ese entonces director corporativo de Administración de Pemex, según consta en la lista de asistencia, obtenida por MCCI.
Ochoa Reza, por su lado, era consejero propietario del Consejo, y su lugar fue ocupado ese día por su suplente, Daniel Guerrero Rodríguez, director de Transformación Industrial de Hidrocarburos de la Secretaría de Energía.
Tampoco se presentaron a la reunión otros dos consejeros propietarios: Leonardo Beltrán Rodríguez, subsecretario de Planeación de la Secretaría de Energía y Miguel Messmacher Linartas, subsecretario de Ingresos de la Secretaría de Hacienda.
De los 23 funcionarios de PEMEX y de la Secretaría de Energía que acudieron a la reunión, sólo cuatro permanecen en sus cargos.
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