El IMSS y SNTSS se encuentra sometida desde el inicio del sexenio panista en una grave crisis, en un proceso de deterioro progresivo de políticas aplicadas AL SISTEMA DE SALUD, por el anterior Gobierno y por el actual no sólo no aciertan a detener, sino que, por el contrario, han agravado la situación al actuar de manera excesivamente lenta y no
suficientemente incisiva sobre los problemas que padece de hace años nuestra institución, lo sucedió hace unas semanas en la UMAE 71, muchas versiones se dieron a la luz publica, atentado o no, lo que si es cierto y no pueden negar, en nuestro caso es que se trato de un problema de seguridad y riesgo laboral, que puso en riesgo la vida tanto de trabajadores como pacientes, el problema de fugas de aguas de todo tipo y apagones llevaba ya mucho tiempo, en mi caso solo puedo afirmar que se trato en todo el tiempo que me toco laborar en esa institución casi en promedio 5 años que esta problematica se venia arrastrando, casualmente si me hubiera tocado una jornada normal, hubiera pasado inadvertida, pero no fue así. Ha tenido que ser desde Torreón Coahuila donde nos marquen claramente la hoja de ruta a seguir, lo sucedido en las minas de Coahuila no es un hecho aislado, la inseguridad laboral también se ha estado dando al interior del Instituto Mexicano del Seguro Social , ante la negligencia administrativa y pasividad del sindicato que no solo ha puesto en riesgo la vida de sus trabajadores sino la de los mismos pacientes, el gobierno tiene que hacer unos ajustes muy duros, en cuanto a la vigilancia mas estricta, esta unidad no contaba con detectores de humo, las salidas de emergencia casi siempre estaban cerradas, las cámaras de vigilancia solo se pueden encontrar en los checadores y entrada de personal, solo existen para vigilar al personal y no como una medida de seguridad para la unidad, la responsabilidad bien es cierto en este caso corresponde a las delegaciones, subdelegaciones y a las administraciones locales de esas instituciones, que debido al suceso ya deberían de haber reducido sus puestos de confianza en por lo menos en un treinta por ciento, por la responsabilidad que en este caso tenían sobre el accidente ocurrido recientemente.¿Es justo que se reduzcan las plazas, cuando solo se han de seguir nombrándose a dedo tantos y tantos cargos de confianza que ahogan los presupuestos institucionales de otros rubros? Yo sinceramente pienso que no los van reducir, incluso, si las arcas lo permiten, nombrarán aún más cargos de confianza, ¿son necesarios? teniendo en cuenta que estos últimos años se pretendió dotar a las administraciones públicas como el IMSS con personas improvisadas y la mayoría de las veces ineptas. La experiencia demuestra reiteradamente que bajo el pretexto de “cargo de confianza” se da cabida a personas no sólo inexpertas sino con antecedentes nefastos de corrupción.
Luego otra cosa ¿De qué vale decir que solo se tiene presupuesto hasta el 2012 y posteriormente diga que no tiene dinero para hacer tal o cual cosa y sin embargo sí tiene para pagar sus millonarias nóminas de confianza? No me lo acabo de creer.
El ser político o líder sindical no da el derecho ni la obligación a colocar a los familiares y amigos en las administraciones públicas, mucho menso en instituciones de salud que es un tema muy delicado, pues ello conduce a un gran riesgo como lo sucedido en las guarderías ABC (Irene Botello cuñada de Valdemar líder aun del SNTSS) su desprestigio como lo sucedido en la UMAE 71 DE torreón Coahuila. Parte de los vicios que atacan la moral de nuestra institución y nación está en la forma de designar a estos cargos públicos no elegidos por el pueblo.
Desde que se instauraron los gobiernos democráticos, una media de personas (dependiendo del volumen de cada estado), los denominados “cargos de confianza” , son colocados a dedo y pasados seis años la mayoría abandona una vez concluye el mandato sexenal o electoral, aunque algunos partidos políticos se sacaron de su sombrero de copa un mecanismo para enquistar a estos cargos de confianza haciendo oposiciones “a la carta”, es decir, crear un perfil que sólo cumple el cargo de confianza en cuestión o amañar directamente las oposiciones. Así cuando el cargo electo es sustituido por otro de color político distinto, deja su vestigio político a través del cargo de confianza transformado en funcionario, lo que implica un control permanente tanto si el cargo sigue electo o no. Con el añadido de que este puesto eventual cobra muchísimo más que el resto de sus homólogos teniendo las mismas responsabilidades y la mayoría de las veces teniendo una menor formación.
La extrema gravedad de la situación económica, moral, social e institucional de México en el momento actual, obligan, sí o sí, a emprender sucesivas reformas para enfrentarse a los muy diversos problemas de México. Y no solo en el aspecto económico, también en el institucional. Está bien que se reduzcan diputados y senadores, pero también si solo contienden tres en coalición, eliminar los demás partidos estaría bien, pero ¿qué pasa con las regidores y Diputaciones locales? Esos entes que estando en vigor las legislaciones estatales no tienen sentido su existencia, y que sólo sirven para colocar a los miles y miles de políticos que no tienen cabida en las demás administraciones y que de alguna manera hay que pagarles sus favores hechos por el partido.
Es necesaria y urgente que el nuevo gobierno que llegue al poder plantee a todas las fuerzas políticas con representación parlamentaria un programa integral, coherente y sistemático de reformas cuyo debate y negociación ofrezca como resultado un gran acuerdo nacional para lograr la necesaria e inevitable “reconversión del Estado”.
Llevamos más de una década padeciendo una crisis sistemática cuya cabeza visible es la inseguridad tanto laboral como social, pero que oculta otras más graves como son las estructuras políticas en las institucionales como el IMSS, que derivan con el tiempo en fallos peligrosos para la comunidad derechohabiente como de nuestra democracia interna en nuestro sindicato.
bernardosanchez2010@live.com.mx

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